viernes, 18 de septiembre de 2009

Holocausto canibal en la izquierda mediática

Entre ustedes y yo: me lo estoy pasando pipa desde hace hace unos días con los medios de izquierdas. Porque:

-El Plural arremete contra Joan Laporta, presidente del F. C. Barcelona y una de las celebrities favoritas del catalanismo. Sopena lo tacha de neocon en un artículo y de propina lo acusan de simpatizar con un tal Joan Carretero, al que tachan de neoliberal, xenófobo y de ser el Umberto Bossi catalán, pero vamos, todo ésto porque a ellos les da la gana. O al menos eso parece, porque no reproducen ni una sola declaración del Carretero éste. Se limitan a decir que está acusado de prevaricación (cosa que pasa hasta en las mejores familias, como el PSM, aunque claro, eso no lo dicen) y a hacer un extenso repaso por las ideas políticas de Bossi, que a saber a qué viene ahora sacar a ese señor.

¿A qué viene ese arrebato de Elplu contra un estandarte del catalanismo, si Sopena no le hace ningún asco a los catalanistas? Pues lo dicen ellos mismos en uno de sus artículos, porque la sutileza nunca ha sido lo suyo: "...desde su acceso a la presidencia del F.C. Barcelona se ha dejado cortejar por ERC y en especial por CiU, en concreto por parte de Artur Mas y el sector más soberanista de CDC". Acabáramos. Es que no es lo mismo que se vaya con su novia republicana, cuyo previsible desplome le puede costar la Generalitat al PSC, que elegir al rival, el nacionalismo conservador (¡Pleonasmo!) que no le va a ceder nada al partido de Zapatero y que encima es capaz de pactar con el PP. El tirón mediático de Laporta será capitalizado por el PSOE o no será, debe pensar Sopena.

-PRISA se enfada con Zapatero. Y parecían tan felices. ¿He dicho ya alguna vez que los medios de comunicación son productos fabricados por una empresa que espera ganar dinero antes que defensores de unos principios ideológicos? EL País le dedicó el pasado miércoles un editorial a la gestión de ZP, a la que llamaba de todo menos guapa. Resulta raro que se hayan dado cuenta de todo eso ahora. ¿Tendrá algo que ver la aprobación de la TDT de pago, que acaba con el casi-monopolio de PRISA en televisión ppv?

Analicemos las noticias que le dedican al tema El País y Público (por cierto, traten de encontrar la opción para publicar un comentario en una noticia de Público sobre la TDT de pago; busquen, busquen...), y más en concreto sus titulares. El título es bastante neutro en ambos casos, pero donde está lo importante es en el subtítulo. Público subtitula: "El Gobierno consigue finalmente suficientes apoyos para ratificar el decreto aprobado en agosto "; lo que para El País se convierte en: "Todos los grupos de la oposición critican el procedimiento utilizado por el Gobierno". Alguien está muy contento y otro alguien está muy enfadado, ¿verdad? Es tan duro pasar tantos años de fidelidad conyugal para que luego venga otra más joven y guapa y te levante a tu hombre...

Pues eso, que me encanta la prensa de izquierdas. Me encanta como fuente inagotable de humor, se entiende. No hay nada más divertido que observar cómo los seres más despreciados por uno se despedazan entre sí. ¿Para transmitir información veraz y relevante al ciudadano? ¡No! Para proteger los propios intereses, sea una posición privilegiada en un mercado o la cuota de poder de quien alimenta al medio de comunicación en cuestión.

viernes, 7 de agosto de 2009

De por qué el periodismo ya no informa

A estas alturas a nadie se le ocurrirá poner en duda que el periodismo es una pieza básica en toda Democracia, como instrumento tanto para la canalización de la libertad de expresión como para la conservación de la calidad de todo el sistema democrático. Por supuesto, y ésto tampoco se le escapa a nadie, la labor periodística debe ejercerse con libertad e independencia para que cumpla con sus objetivos, sin que exista ninguna injerencia de los poderes políticos, económicos ni de otro tipo. Pero, ¿es ésto realmente posible? Hoy en día, los medios de comunicación más influyentes forman parte de grandes grupos empresariales, cuyos intereses principales son económicos, no informativos. Por tanto, no es descabellado pensar que la labor periodística se ve condicionada, en primer lugar, por los poderes económicos.

Esa naturaleza económica de los grupos empresariales provoca que los medios de comunicación ofrezcan, no productos informativos, sino productos de consumo puro. Tomemos como ejemplo más claro los informativos de televisión: su carga informativa, sobre todo en lo que respecta a los temas políticos, es mínima. La actividad parlamentaria apenas se toca en estos espacios y, cuando se hace, se resaltan los temas más polémicos frente a los más trascendentales, y las broncas entre diputados frente al debate político. Todo ello se debe a la necesidad de captar audiencias masivas para atraer anunciantes. La televisión empezó a verse como un mero medio de entretenimiento hace ya años, y por ello los informativos ya no forman ni informan: se limitan a buscar la espectacularidad con la que atraer espectadores ávidos de entretenimiento.

Pero el condicionamiento económico de los medios de información general introduce un segundo condicionamiento: el político. Como productos de consumo, cada medio de comunicación se dirige a un público objetivo concreto: Men's health se dirige a hombres deportistas, Super pop, a adolescentes de sexo femenino, Hobby consolas, a usuarios de videoconsolas... En el caso de aquellos medios cuyo principal tema de información es la política, los públicos se divide según su ideología, y cada medio intenta cubrir una parte concreta del mercado. Pero en España,donde las ideologías mayoritárias (y, por tanto, las que interesan a los medios de comunicación) vienen ya identificadas con dos partidos concretos, ese afán de captar a un determinado público acaba convirtiéndose en un acto de sumisión a los partidos políticos que, indirectamente, "dan de comer" a los medios. Ya no se defienden unos postulados ideológicos, sino a los partidos que, en teoría, los sustentan.

Así, tenemos al diario El País, dirigido a un público de centro-izquierda que habitualmente vota al Partido Socialista, frente a su principal competidor, Público, que se dirige a un público similar, pero más joven, e incluso hace algún guiño ocasional a una izquierda más radical. Por otro lado, tendríamos al diario La Razón, dirigido al sector favorable a la actual cúpula del Partido Popular, frente a ABC, hecho para quienes preferirían ver a Esperanza Aguirre liderando a la oposición. Excluiré aquí a El Mundo, porque ya aviso de que en este blog se sostendrá la nada popular tesis de que Pedro J. Ramírez es, junto a Federico Jiménez Losantos, el periodista español más independiente del poder político. Véase que no ha tenido problema alguno en criticar, tanto al partido al que siempre ha defendido, como a la nueva "niña de sus ojos" cuando lo ha creído conveniente.

En este blog analizaré la labor de los medios de comunicación, no sólo para exponer mis propias opiniones, sino para investigar hasta qué punto el periodismo actual se ha alejado del código deontológico que debería seguir. No valoraré contenidos políticos ni ideológicos, pues para eso tengo mi otro blog, sino únicamente la labor del periodista desde la perspectiva, quizá ingenua, de alguien que cree que la objetividad es la meta inalcanzable, pero meta al fin y al cabo, que debería buscar el buen informador. A ver qué sale.